Hay un ser que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor, y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados.
Hay una ser que siendo joven, tiene la reflexión de una anciana, y en la vejez trabaja con el vigor de la juventud.
Hay una ser que si es ignorante, descubre los secretos de la vida con más acierto que un sabio, y si es instruida, se acomoda a la simplicidad de los niños.
Hay una ser que siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que ama, y siendo rica daría con gusto su tesoro por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud.
Hay una ser que siendo vigorosa, se estremece con el vagido de un niño, y siendo débil se reviste a veces con la bravura de un león.
Hay un ser tan lleno de amor y por eso tan cercana a Dios que se llama
MAMÁ.
Hay una ser que siendo joven, tiene la reflexión de una anciana, y en la vejez trabaja con el vigor de la juventud.
Hay una ser que si es ignorante, descubre los secretos de la vida con más acierto que un sabio, y si es instruida, se acomoda a la simplicidad de los niños.
Hay una ser que siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que ama, y siendo rica daría con gusto su tesoro por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud.
Hay una ser que siendo vigorosa, se estremece con el vagido de un niño, y siendo débil se reviste a veces con la bravura de un león.
Hay un ser tan lleno de amor y por eso tan cercana a Dios que se llama
MAMÁ.
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